Oskar (Kåre Hedebrant), un niño tímido que es acosado en el colegio por unos compañeros, conoce una noche a una niña recién llegada, ella es arisca pero el carácter tranquilo del chaval la atrae hasta llegar a entablar amistad, a partir de ese momento unos asesinatos se suceden en la zona lo que lleva a Oskar a sospechar de su nueva amiga Eli (Lina Leandersson).
Cinta con marcado tono romántico, a pesar que su promoción se ha llevado más encarada al terror, pero vamos que de terror si acaso el cartel, lo que si nos muestra el film además de una historia desbordante de ternura, inocencia y comprensión es una notable carga de fantasía al llevar el inagotable recurso de la historia de vampiros hasta el mundo de una pareja de niños casi adolescentes con los problemas normales de esas edades, dándote la historia, una de cal y otra de arena, un gesto inocente, una caricia y al segundo siguiente un asesinato con toda la crudeza de una auténtica peli de vampiros. Varios planos con efectos especiales nos recuerdan entre tanta inocencia y amor que se trata de una peli de terror.
Es posible que se trate de una película revolucionaria en su género, bastante fría y no solamente por los paisajes helados de Estocolmo, pero lo que sí está claro es que es una película muy valiente para ser comparada, en estos momentos inevitablemente, con Crepúsculo, aunque en Déjame entrar el vampiro es como tienen que ser, vamos de los de toda la vida.
Un consejo, ir a verla ahora antes de que la adulteren con un remake americano, cosa que ya es un hecho y el encargado de ello es el “Monstruoso” Matt Reeves.
Cinta con marcado tono romántico, a pesar que su promoción se ha llevado más encarada al terror, pero vamos que de terror si acaso el cartel, lo que si nos muestra el film además de una historia desbordante de ternura, inocencia y comprensión es una notable carga de fantasía al llevar el inagotable recurso de la historia de vampiros hasta el mundo de una pareja de niños casi adolescentes con los problemas normales de esas edades, dándote la historia, una de cal y otra de arena, un gesto inocente, una caricia y al segundo siguiente un asesinato con toda la crudeza de una auténtica peli de vampiros. Varios planos con efectos especiales nos recuerdan entre tanta inocencia y amor que se trata de una peli de terror.
Es posible que se trate de una película revolucionaria en su género, bastante fría y no solamente por los paisajes helados de Estocolmo, pero lo que sí está claro es que es una película muy valiente para ser comparada, en estos momentos inevitablemente, con Crepúsculo, aunque en Déjame entrar el vampiro es como tienen que ser, vamos de los de toda la vida.
Un consejo, ir a verla ahora antes de que la adulteren con un remake americano, cosa que ya es un hecho y el encargado de ello es el “Monstruoso” Matt Reeves.
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2 comentarios:
Creo que la percepción del terror hoy en día es como el
fast food, susto rápido, volumen alto y olvido
posterior.
Se trata de una película de terror sin sustos ni
aspavientos. El género de terror gótico esta repleto de
monstruos trágicos como Eli y Oskar, si no lo veis así
repasad la literatura de terror decimonónica.
por cierto... aterradora fábula de la modernidad
nórdica. Soledad, amor a pesar de todo, aunque amor
negativo, pues cualquiera que haya leido la novela o
visto la película sabe que el niño acabará siendo un
asesino en série que alimentará a un monstruo
imposible...¿Y NO ES UNA PELÍCULA DE TERROR? por
favor...
Excelente la mzcla de ternura y terror. Apta para los amantes del cine de terror NO GORE.
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