Ante todo me gustaría destacar el gran montaje del film, dando tres puntos de vista diferentes de una misma historia, enlazando con flashbacks desordenados cronológicamente pero que en ningún momento hacen al espectador perder el hilo ni el interés por la trama no dejando absolutamente ningún cabo suelto.
El reparto principal, los tres puntos de vista son encarnados por Ethan Hawke dando vida a Hank Hanson el hermano menor, un hombre atrapado en su propia vida y completamente a merced de su hermano Andy un notable Philip Seymour Hoffman hombre de negocios y adicto a la cocaína, y por último Albert Finney el padre al cual destrozan la vida.
Dirigida por el octogenario Sidney Lumet, quien a lo largo de su carrera nos ha ofrecido títulos tan notables como Doce hombres sin piedad, El prestamista, Serpico, Tarde de perros o Veredicto final, con esta película nos ha devuelto el thriller autentico, el clásico pero en colores.
1 comentario:
Vaya, tú prosa mejora por momentos. Muy profesional, esta crítica. ¿Cuándo la habéis visto esta peli? En el cine que tenéis cerca de casa, ¿no? Pero cerca, cerca... A mí también me gustó. Bastante cruda, la verdad, pero mola: todo el mundo es malo, vendría a ser la moraleja. Por supuesto, ¡no estoy de acuerdo! Las monjitas que hacen dulces son buenas. ¡Por favor! Eso lo sabe todo el mundo.
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